En cuanto al agua termal en jabones, lo que nunca he leído y es un hecho, es que las aguas sulfuradas pierden el sulfuro (nunca azufre) al manar, por lo tanto la cantidad de este en el jabón será muy pequeña... y como no soy química no puedo decir qué puede pasar con el resto de minerales en combinación con la sosa durante la saponificación. Además, la composición de las aguas varía según la captación de origen y lo de termal es simplemente un nomenclativo referente a la temperatura, lo que realmente nos dice algo es si el agua está catalogada como mineromedicinal y partiendo de ahí podemos buscar composición y para qué está indicada.
Estos de arriba son ese sobrante después de haber cortado las puntas de otro que usaré más adelante y, como siempre, lo he utilizado para jugar al a ver qué pasa, en momentos más serios los llamaría "pruebas". Son resultado de un refundido con poca agua (recomendado entre un 5 y 10% del peso del jabón a fundir si está seco), por eso las burbujas pese a mis intentos de eliminarlas, al no añadir el agua necesaria la masa es demasiado espesa y... para muestra, la foto.
¿Los colores? la receta es la misma que para mi base de aceite de oliva virgen dividida en dos recipientes en uno he añadido azul porque el color natural de la masa es el amarillo, y a la otra parte le he puesto jabón base rallado y he mezclado bien. Cómo me es imposible seguir probando una vez estoy en ello, le he añadido unas gotas de rojo y... voilà!
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