miércoles, 30 de noviembre de 2016
Caléndula o Maravilla y Cera de abeja
Teniendo esto
y esto
que por si no sabes qué es resulta ser cera de abeja tal y como se saca de la colmena, que he tenido que fundir y convertir en algo como esto
y esto
que por si no sabes qué es resulta ser cera de abeja tal y como se saca de la colmena, que he tenido que fundir y convertir en algo como esto
Junto con un Oleato de Caléndula y Naranja, Aceites de Oliva Virgen Extra, Coco y Neem y un poquito de AAEEs de Naranja y Canela.
Bálsamo de Caléndula y Naranja
Me encanta eso de que se llame Maravilla porque la conocí como Caléndula y como flor nunca me ha gustado demasiado, es "una margarita rastrera" que se multiplica como una peste si la dejas y huele la mar de mal para mi gusto. Tampoco sirve demasiado para hacer ramos. Sin embargo no tiene nada qué envidiar a flores estéticamente "más bonitas". Aquí donde la tienes, esta margarita amarilla o naranja es fantástica para quemaduras, picaduras, pieles atópicas... siendo sus propiedades muy similares a las del árnica. Desinflama, desinfecta, cicatriza y ayuda a calmar el dolor.
martes, 29 de noviembre de 2016
Jabón Transparente
En este mundo de jaboneros hay maestr@s que voy encontrando poco a poco, uno de ellos es Iñaqui Peña. He hecho jabón transparente antes, y sin duda su receta es la que con un resultado estupendo, me ha parecido la más sencilla.
lunes, 28 de noviembre de 2016
Sebo de vaca
¿Por qué sebo de vaca? en Mendrulandia se compara con la manteca de cacao, por curiosidad, por querer aprender un poco más...
Como vivimos en una tierra en la que el Aceite de Oliva es cosa habitual y abunda, no tenemos demasiados problemas, tanto por economía como por accesibilidad, en usarlo como ingrediente base a la hora de elaborar jabones... muchas veces he tenido conversaciones sobre otros aceites e incluso he conocido a gente que, creyendo que hacían jabones espectaculares, han usado otros tipos de aceite como base o único ingrediente sin tener en cuenta que no todas las grasas sirven o son las mejores para ese fin, otras tantas muchas veces me han contado con qué facilidad y en qué poquito tiempo sus jabones se han puesto rancios. El precio de un aceite/manteca... no depende solamente de sus cualidades a la hora de obtener resultados positivos en un producto cósmetico o usado en crudo (este cuaderno trata sobre eso, el que los use para otro fin, lo ponga donde corresponda). Hay también que saber usarlo correctamente para, por lo menos, que su precio valga la pena. Aquí en España hay poco de donde sacar aceite de palma, manteca de karité, cacao... 100% Made in Spain, claro está. Para hacer un litro de aceite de rosa mosqueta, vete tú a saber cuanto escaramujo de rosal hace falta... y además están los procesos para obtenerlos, todo eso cuenta. Que nadie piense por un momento que le estoy sacando valor a nada, La conclusión a la que quiero llegar es que todos nos ofrecen bondades, cada uno las suyas y muchas veces una gran cantidad de ellos las comparten independientemente de lo que hayamos pasado y pagado para conseguirlos. El precio del aceite de Argán, por ejemplo, incluye, entre un montonazo de otras cosas, su viaje en 1ª desde el norte de Africa... a lo mejor algún día alguien me hará caso cuando digo que lo más caro no tiene por qué ser necesariamente lo mejor, quién lo vende destaca sus cualidades porque lo quiere vender pero esas cualidades quizás también existan en otros productos de menor precio.
La semana pasada hice una pregunta en un grupo de Facebook al que pertenezco sobre el uso de sebo de vaca en jabones y todas las respuestas que recibí me animaron a probarlo. Llevo mucho tiempo leyendo experiencias en blogs, sobre todo norteamericanos, del uso de este en la fabricación de jabones, mi duda era la calidad del jabón en quién ya lo había hecho. Me lo habían ofrecido y, aprovechando un montón de temas pendientes por la zona junto con una Feria Ecológica en Arzúa, fui a buscarlo este mediodía. Tendré que decir res porque no tengo ni idea del sexo del pobre bicho, eso si, era un/a ternero/a que todavía colgaba de un gancho del techo. Yo, que creía que el señor me iba a dar un poquito, resulta de que aparte de una lección de anatomía vacuna en la que recalcó que la mejor grasa a utilizar es la de alrededor de los riñones, me regaló un saco con no quiero saber cuantos kilos, me pongo al curro y luego ya veremos qué hacemos. He aprendido, por este señor, que este sebo se usa en el monte para aplicarlo a los troncos de los árboles para evitar que se los coman los ciervos, no creo que llegue a valerme de mucho la información pero nunca se sabe oye, quién me dice a mí que en un plazo de 100 años no surgirá la necesidad de tener que aprender a cuidar plantaciones de árboles.
Cuando era más joven, mi madre hizo en unas cuantas ocasiones jabón con grasa de cerdo para usar como lavavajillas, nunca me gustó demasiado porque, ahora sabiendo lo que sé el sebo usado era solo grasa derretida y además le echaba talco en polvo que compraba a granel en una droguería. Resultado? un jabón muy duro y que hacía poca espuma, eso si, lavaba bien. Ahora sé que el proceso de limpieza de la grasa es diferente, mi madre se quedaba a medias, se saltaba la parte de "lavar" la grasa con un alcalí. No me ha parecido necesario hacer un tutorial propio porque Jabones y Cosmética by Luna me ha pasado el suyo y ninguno que yo quiera y pueda hacer podrá superarlo, pincha el enlace y te llevará allí. Abajo pongo foto del resultado de mi experiencia, horas de trabajo con un final, a mi parecer claro, excelente. Una grasa muy blanca de la que contaré más en cuanto la use.
Mi aporte a la experiencia:
Como vivimos en una tierra en la que el Aceite de Oliva es cosa habitual y abunda, no tenemos demasiados problemas, tanto por economía como por accesibilidad, en usarlo como ingrediente base a la hora de elaborar jabones... muchas veces he tenido conversaciones sobre otros aceites e incluso he conocido a gente que, creyendo que hacían jabones espectaculares, han usado otros tipos de aceite como base o único ingrediente sin tener en cuenta que no todas las grasas sirven o son las mejores para ese fin, otras tantas muchas veces me han contado con qué facilidad y en qué poquito tiempo sus jabones se han puesto rancios. El precio de un aceite/manteca... no depende solamente de sus cualidades a la hora de obtener resultados positivos en un producto cósmetico o usado en crudo (este cuaderno trata sobre eso, el que los use para otro fin, lo ponga donde corresponda). Hay también que saber usarlo correctamente para, por lo menos, que su precio valga la pena. Aquí en España hay poco de donde sacar aceite de palma, manteca de karité, cacao... 100% Made in Spain, claro está. Para hacer un litro de aceite de rosa mosqueta, vete tú a saber cuanto escaramujo de rosal hace falta... y además están los procesos para obtenerlos, todo eso cuenta. Que nadie piense por un momento que le estoy sacando valor a nada, La conclusión a la que quiero llegar es que todos nos ofrecen bondades, cada uno las suyas y muchas veces una gran cantidad de ellos las comparten independientemente de lo que hayamos pasado y pagado para conseguirlos. El precio del aceite de Argán, por ejemplo, incluye, entre un montonazo de otras cosas, su viaje en 1ª desde el norte de Africa... a lo mejor algún día alguien me hará caso cuando digo que lo más caro no tiene por qué ser necesariamente lo mejor, quién lo vende destaca sus cualidades porque lo quiere vender pero esas cualidades quizás también existan en otros productos de menor precio.
La semana pasada hice una pregunta en un grupo de Facebook al que pertenezco sobre el uso de sebo de vaca en jabones y todas las respuestas que recibí me animaron a probarlo. Llevo mucho tiempo leyendo experiencias en blogs, sobre todo norteamericanos, del uso de este en la fabricación de jabones, mi duda era la calidad del jabón en quién ya lo había hecho. Me lo habían ofrecido y, aprovechando un montón de temas pendientes por la zona junto con una Feria Ecológica en Arzúa, fui a buscarlo este mediodía. Tendré que decir res porque no tengo ni idea del sexo del pobre bicho, eso si, era un/a ternero/a que todavía colgaba de un gancho del techo. Yo, que creía que el señor me iba a dar un poquito, resulta de que aparte de una lección de anatomía vacuna en la que recalcó que la mejor grasa a utilizar es la de alrededor de los riñones, me regaló un saco con no quiero saber cuantos kilos, me pongo al curro y luego ya veremos qué hacemos. He aprendido, por este señor, que este sebo se usa en el monte para aplicarlo a los troncos de los árboles para evitar que se los coman los ciervos, no creo que llegue a valerme de mucho la información pero nunca se sabe oye, quién me dice a mí que en un plazo de 100 años no surgirá la necesidad de tener que aprender a cuidar plantaciones de árboles.
Cuando era más joven, mi madre hizo en unas cuantas ocasiones jabón con grasa de cerdo para usar como lavavajillas, nunca me gustó demasiado porque, ahora sabiendo lo que sé el sebo usado era solo grasa derretida y además le echaba talco en polvo que compraba a granel en una droguería. Resultado? un jabón muy duro y que hacía poca espuma, eso si, lavaba bien. Ahora sé que el proceso de limpieza de la grasa es diferente, mi madre se quedaba a medias, se saltaba la parte de "lavar" la grasa con un alcalí. No me ha parecido necesario hacer un tutorial propio porque Jabones y Cosmética by Luna me ha pasado el suyo y ninguno que yo quiera y pueda hacer podrá superarlo, pincha el enlace y te llevará allí. Abajo pongo foto del resultado de mi experiencia, horas de trabajo con un final, a mi parecer claro, excelente. Una grasa muy blanca de la que contaré más en cuanto la use.
Mi aporte a la experiencia:
Cuando lo hagas por 1ª vez, usa una cantidad pequeña de sebo para pillarle el truco.
Acaba de decirme Iñaqui Peña, que ha visto la foto, que es posible que no esté bien hecho. Evaporaré el agua y tengo que cercionarme de que el sebo derretido sea transparente, si está blanco o turbio, los niveles de alcalí y/o agua no son los correctos... Y que nadie piense que es fallo del tutorial, es todo culpa de la alumna impaciente que seguramente midió mal algo.
Cierto, cierto... al final la he "limpiado" a golpe de sartén de la misma forma que hago con el aceite de coco y casi que, en el futuro, optaré por hacerlo de esta manera, me refiero a derretir la grasa directamente sin agua, aunque en vez de usar la sartén lo haré en una olla a presión.
Da jabón duro y suave, espuma cremosa. Usar de 25 a 50%. Muy bueno al 100% sin SE para lavar la ropa.
martes, 22 de noviembre de 2016
Avena y Cacao...
Continúo con mi trabajo de fin de semana, está claro que el no salir de casa a veces compensa.
Hace unos meses hice una tanda de jabón de Cacao que, por mi impaciencia, no dejé solidificar el tiempo suficiente ¿el resultado de eso? pues que me cargué la barra de jabón, estaba tan deforme la pobre que no me quedó otra que reinventarla. Entre las opciones a elegir descarté el refundirla porque no me gusta demasiado y no es porque vaya a estropear el jabón, simplemente soy vaga para hacerlo, así que rallé el jabón y lo dejé secar unos días. Una vez me pareció bien el volver a usarlo hice una base de Castilla al 30% de concentración y 5% de SE con infusión de avena y un poquito de Avena Coloidal, sin aroma y el resultado se puede ver arriba a la derecha. Como me han vuelto a pedir pues aproveché el catarro para hacer otra tanda, mejorada. Esta vez ha sido a propósito, más jabón de Cacao puro y Manteca de Cacao con Canela y Vainilla rallado. He sustituído el agua por leche de Avena (casera, por supuesto) y he añadido también Avena Coloidal a la traza de la misma receta de Castilla del anterior.
Es curioso las asociaciones que hace la mente a veces y, aunque suene un tanto extraño, el aroma de este jabón de apariencia tan sencilla me ha llevado a años atrás, una época en la que por caprichos de esta vida mía, aterricé en una panadería y me quedé cosa de tres años. El ambiente era fantástico, el trabajo mucho y duro y mi mejor amiga de todos durante el primer año era una enorme manga pastelera que, decididamente pesaba más que la coronilla. Durante todo un año, ocho horas nocturnas y seis noches por semana me las pasé adornando y rellenando bollería entre aromas de vainilla, chocolate, canela, almendra, almíbar... luego "ascendí" y con el tiempo fuí recorriendo otros puestos, el más duro, esos primeros 12 meses, pero ay... qué olores!
No tenía pensado volver a hacer este jabón con Avena y, para sustituirlo hice una prueba de Quinoa y Miel. La razón de cambiar la Avena por Quinoa fue que esta última, teniendo propiedades similares a la primera, no tiene gluten. Otra cosa que seguramente leerás por ahí es sobre las saponinas de la Quinoa, si es cierto que las tiene, pero en la que nosotros podemos comprar apenas existen puesto que la Quinoa de grado alimentario se "lava" precisamente para eliminarlas por ser irritantes para el tracto digestivo. El motivo por el que siempre hay que poner en remojo o darle un hervido antes de cocinarla es para quitar definitivamente cualquier resto de saponinas en este pseudocereal... ah! pero es que a mí me interesaba ese posible resto, así que la puse en remojo y guardé el agua, cocí con agua limpia la Quinoa a fuego muy lento hasta que casi se había evaporado todo el líquido e hice puré, que guardé también para mezclarlo luego en la traza... la miel es que me gusta y me pareció perfecto el agregarla aquí.
Como estos son una prueba, les he perdonado el pequeño fallo de gelificación que asoma en el centro, que como he dicho alguna vez antes no afecta a las propiedades del producto final, solo a su estética.
domingo, 20 de noviembre de 2016
Por fin he hecho Jabón con Ortiga Verde y Romero
Esto es algo que había olvidado publicar, tiene unos días ya. No lo actualizo porque tengo en vías mi segunda prueba y espero poder seguir con este post en un par de días.
Por fin me he puesto a ello y, la verdad es que me he sentado a escribir cuando todavía no he desmoldado el jabón. Hacía unos meses que quería hacerlo y no era capaz de decidirme por los ingredientes a usar; han resultado ser Aceites de Oliva, Coco y Semilla de Algodón, Cera de Abeja y en la traza Ortiga micronizada y, una vez puesta, Extracto de Ciprés que me encanta tanto por su olor como por su color, Oleato de Romero para SE, Tintura de Cayeput y Aceite Esencial de Romero.
Esta es mi primera prueba. He micronizado la ortiga para tratar de que diese un color lo más uniforme posible, el polvo es de un verde chulísimo.
Por fin me he puesto a ello y, la verdad es que me he sentado a escribir cuando todavía no he desmoldado el jabón. Hacía unos meses que quería hacerlo y no era capaz de decidirme por los ingredientes a usar; han resultado ser Aceites de Oliva, Coco y Semilla de Algodón, Cera de Abeja y en la traza Ortiga micronizada y, una vez puesta, Extracto de Ciprés que me encanta tanto por su olor como por su color, Oleato de Romero para SE, Tintura de Cayeput y Aceite Esencial de Romero.
Esta es mi primera prueba. He micronizado la ortiga para tratar de que diese un color lo más uniforme posible, el polvo es de un verde chulísimo.
Jabón Exfoliante
Aprovechando un tremendo catarro que llevaba incubando unos días y ha decidido acompañarme en este mi fin de semana libre del mes, ayer dediqué la tarde a hacer Aceite de Coco y hoy, mayormente, a usarlo. La verdad es que es uno de esos trabajos un tanto desagradecidos en cuanto a que el resultado final, aunque riquísimo, es tan escueto que cada vez que lo hago me digo que es la última... al hacerlo una encuentra justificación al precio que tiene el Aceite de Coco Virgen en el mercado. De vez en cuando me dá por probar a usar los subproductos que consigo al dedicarme a esto, la Fibra de la cáscara que micronizo para exfoliar, la Ralladura que, aparte de estar riquísima evitando junto con la mantequilla que los bizcochos caseros se peguen al molde y en Bolitas de Coco junto con huevo, mantequilla y azúcar, también se puede usar como exfoliante poco abrasivo. El tercer ingrediente que sale de esto es la Proteína de Coco, que como también está muy buena, guardo en aceite de oliva para usarla en jabones.
Siempre he hecho pocos jabones de este tipo porque son un tanto especiales, por llamarlo de alguna manera diría que son "amables" exfoliando y lo digo así acordándome con una sonrisa de alguien que, no haciendo caso de que los jabones con Arena Volcánica que hice hace algún tiempo son para suavizar durezas de pies en verano, los usó para el cuerpo y luego me llamó diciendo que tenía algunos "arañazos" en las piernas. Por poca arena que lleven, siempre serán como una lija más o menos suave dependiendo de la cantidad usada en la elaboración y la presión ejercida sobre el jabón al pasarlo por la piel, eso si, al menos los míos que son 100% de Aceite de Coco, con mucha espuma y que huelen muy bien. La verdad es que estos jabones que aquí y ahora presento van a exfoliar "poco" y a hidratar mucho más, su efecto en la ducha será similar al uso de una luffa blanda. Digo exfoliar poco porque se trata de ayudar a eliminar células muertas, no la piel. Para el cuerpo son mejores, a mi parecer, exfoliantes la Semilla de Amapola, el Café molido, la ralladura de Coco, Cáscara de Frutas deshidratada y micronizada, Arcillas, Cereales molidos... Nunca he hecho jabones con Sal aunque si la he usado como exfoliante, muy fina y mezclada con aceites portadores como oliva o almendra dulce y conozco los resultados de esto, algún día probaré. Hice un curso hace muchos años de "masaje con sales", diferentes calibres y sé de sus beneficios, el caso es soportarlo porque o te encanta o no lo aguantas, no hay término medio.
He dividido la masa de jabón con traza ligera en dos, a la primera le he añadido Corteza de Nuez tostada y molida (Nogalina casera) que le ha dado un tono ligero de marrón y la Proteína de Coco, a la otra parte le he añadido la ralladura de Coco y Aceite Esencial de Vainilla que ha disparado la traza endureciéndo la masa. Finalmente y muy rápido, he mezclado ambas masas revolviendo con una batidora de globo un momentito para que el resultado final no fuese demasiado homogéneo.
Siempre he hecho pocos jabones de este tipo porque son un tanto especiales, por llamarlo de alguna manera diría que son "amables" exfoliando y lo digo así acordándome con una sonrisa de alguien que, no haciendo caso de que los jabones con Arena Volcánica que hice hace algún tiempo son para suavizar durezas de pies en verano, los usó para el cuerpo y luego me llamó diciendo que tenía algunos "arañazos" en las piernas. Por poca arena que lleven, siempre serán como una lija más o menos suave dependiendo de la cantidad usada en la elaboración y la presión ejercida sobre el jabón al pasarlo por la piel, eso si, al menos los míos que son 100% de Aceite de Coco, con mucha espuma y que huelen muy bien. La verdad es que estos jabones que aquí y ahora presento van a exfoliar "poco" y a hidratar mucho más, su efecto en la ducha será similar al uso de una luffa blanda. Digo exfoliar poco porque se trata de ayudar a eliminar células muertas, no la piel. Para el cuerpo son mejores, a mi parecer, exfoliantes la Semilla de Amapola, el Café molido, la ralladura de Coco, Cáscara de Frutas deshidratada y micronizada, Arcillas, Cereales molidos... Nunca he hecho jabones con Sal aunque si la he usado como exfoliante, muy fina y mezclada con aceites portadores como oliva o almendra dulce y conozco los resultados de esto, algún día probaré. Hice un curso hace muchos años de "masaje con sales", diferentes calibres y sé de sus beneficios, el caso es soportarlo porque o te encanta o no lo aguantas, no hay término medio.
He dividido la masa de jabón con traza ligera en dos, a la primera le he añadido Corteza de Nuez tostada y molida (Nogalina casera) que le ha dado un tono ligero de marrón y la Proteína de Coco, a la otra parte le he añadido la ralladura de Coco y Aceite Esencial de Vainilla que ha disparado la traza endureciéndo la masa. Finalmente y muy rápido, he mezclado ambas masas revolviendo con una batidora de globo un momentito para que el resultado final no fuese demasiado homogéneo.
lunes, 7 de noviembre de 2016
Jabón con Leche de Cabra
Sigo echando mano de ingredientes más o menos asequibles y hoy, aprovechando un "ratito café" y que tengo que poner al día mis tareas con los jabones que necesitan pasar a etapas siguientes, voy a hablarte sobre parte de lo que he estado haciendo en estas últimas semanas.
Hace unos años, cuando en casa, desgraciadamente, descubrimos eso que se llama "intolerancia a la leche" y lo llamo de esta forma porque dado que la Seguridad Social no se preocupa de indagar en razones de malestares varios en personas que simplemente se clasifican como "intolerantes a la lactosa" cuando la intolerancia puede deberse a la lactosa, la proteína de la leche o simplemente alguna bacteria estomacal que yo sepa, claro. No soy médico ni lo pretendo y lo que aquí escribo es mi experiencia en este tema. Hasta el día de hoy la información por parte médica ha sido "no tomes lácteos" sin ningún tipo de análisis ni remisión a ninguna clase de especialista. A partir de eso nos hemos dedicado a buscar información, adaptar recetas, mirar etiquetas de todo y aprender de experiencias para evitar males mayores. Una de las cosas de las que nos dimos cuenta pronto fue de que podíamos usar leche de cabra sin problema y, la verdad resultó ser un paso enorme hacia el "poder comer de casi todo". En casa, donde los lácteos eran una parte importante de nuestra dieta, eso nos supuso un alegrón. Poco después de este descubrimiento, en el trabajo, unos vecinos de Segade me comentaron que tenían cabras y leche en aquel momento, como yo nunca la había probado natural me regalaron una poca, aunque el sabor no sea exactamente el mismo, la usé para salsas sustituyendo la crema de leche de vaca y muy bien.
La culpa de mi interés en el jabón elaborado con leche se debe a un aporte a una colección de "jabones para aprender" que tengo. Me trajeron de Francia un Jabón de Marsella con leche de burra y empecé a estudiar sobre el tema. Hace cosa de un mes, estando yo en esta etapa jabonil mía de jugar con ingredientes que aceleran la traza, volvieron estos vecinos, Suso y Lola, al balneario y les pregunté si tenían leche y si, así que ahí comenzó mi proyecto de jabón de leche de cabra. Hice tandas pequeñas para estudiar temperaturas y probé aromas.
- hidratante
- nutriente además de controlar el acné y dar alivio a la piel que sufre de psoriasis y eczema. - por gran cantidad de nutrientes y minerales (vitaminas C, B1, B6, B12, E) y su acción antiinflamatoria
- calmante
- suavizante
- antioxidante principalmente por su contenido en vitaminas A y E que no sólo se encargan de suavizar las arrugas, sino que, sobre todo la vitamina A, ayuda a controlar el acné y aliviar las pieles atópicas.
- antibacteriana por la similitud de su pH con el de la piel humana
- exfoliante por su contenido en alfa hidroxiácidos que ayudan a limpiar la piel de células muertas
- reparadora , entre otros, contiene selenio, mineral importante en la prevención de cáncer de piel y también protege de daños que pueden ocurrir por gran exposición al sol
- humectante profunda puesto que posee emolientes y triglicéridos naturales
Hace unos años, cuando en casa, desgraciadamente, descubrimos eso que se llama "intolerancia a la leche" y lo llamo de esta forma porque dado que la Seguridad Social no se preocupa de indagar en razones de malestares varios en personas que simplemente se clasifican como "intolerantes a la lactosa" cuando la intolerancia puede deberse a la lactosa, la proteína de la leche o simplemente alguna bacteria estomacal que yo sepa, claro. No soy médico ni lo pretendo y lo que aquí escribo es mi experiencia en este tema. Hasta el día de hoy la información por parte médica ha sido "no tomes lácteos" sin ningún tipo de análisis ni remisión a ninguna clase de especialista. A partir de eso nos hemos dedicado a buscar información, adaptar recetas, mirar etiquetas de todo y aprender de experiencias para evitar males mayores. Una de las cosas de las que nos dimos cuenta pronto fue de que podíamos usar leche de cabra sin problema y, la verdad resultó ser un paso enorme hacia el "poder comer de casi todo". En casa, donde los lácteos eran una parte importante de nuestra dieta, eso nos supuso un alegrón. Poco después de este descubrimiento, en el trabajo, unos vecinos de Segade me comentaron que tenían cabras y leche en aquel momento, como yo nunca la había probado natural me regalaron una poca, aunque el sabor no sea exactamente el mismo, la usé para salsas sustituyendo la crema de leche de vaca y muy bien.
La culpa de mi interés en el jabón elaborado con leche se debe a un aporte a una colección de "jabones para aprender" que tengo. Me trajeron de Francia un Jabón de Marsella con leche de burra y empecé a estudiar sobre el tema. Hace cosa de un mes, estando yo en esta etapa jabonil mía de jugar con ingredientes que aceleran la traza, volvieron estos vecinos, Suso y Lola, al balneario y les pregunté si tenían leche y si, así que ahí comenzó mi proyecto de jabón de leche de cabra. Hice tandas pequeñas para estudiar temperaturas y probé aromas.
Este es el primero que me gustó, aunque formó esos pequeñitos grumos de grasa de leche saponificados al mezclarla con el hidróxido de sodio, había conseguido que no se me quemase la leche y una gelificación uniforme. Es muy importante trabajar a temperaturas muy bajas y que los ºC de aceites y solución de hidróxido de sodio sean los mismos. Yo trabajé a 37ºC exactos. Decidí a usar aceite esencial de Litsea Cubeba como aroma y mi oleato de Geranio Egipcio para el SE, más que nada porque, además de oler de maravilla, sigo decantándome por jabones simples en composición y formatos tratando de usar ingredientes lo más ecológicos y menos manipulados posible, además de encantarme todos los aportes de gente amiga que me cuenta donde puedo encontrar qué, trae sus productos de casa para que yo los convierta en jabón o me dan recetas y trucos de remedios varios. Mi búsqueda de la pastilla de jabón perfecta sigue ciñéndose a lo que para mí es más básico. Mi razón es que, a medida que voy aprendiendo más, me voy dando cuenta de que, como en cocina, la mezcla de 1.000 ingredientes favorables a un propósito acaban ayudando lo mismo que usando muchos menos con las mismas propiedades, se disminuye el margen de posibles errores, los costes... yo, al menos de momento, lo que quiero es un jabón simplemente eficaz y agradable, que no es poco.
La leche de cabra es un ingrediente fantástico para hacer jabón y sinceramente no es necesario elaborar una receta específica, basta con sustituir el agua total o parcialmente de tu receta favorita teniendo en cuenta que hay que tener cuidado al mezclarla con el hidróxido de sodio para que no se queme. He aquí alguna información que iré completando:
A este también se le ven chispitas, la diferencia con el anterior es que estas las he puesto yo.
- hidratante
- nutriente además de controlar el acné y dar alivio a la piel que sufre de psoriasis y eczema. - por gran cantidad de nutrientes y minerales (vitaminas C, B1, B6, B12, E) y su acción antiinflamatoria
- calmante
- suavizante
- antioxidante principalmente por su contenido en vitaminas A y E que no sólo se encargan de suavizar las arrugas, sino que, sobre todo la vitamina A, ayuda a controlar el acné y aliviar las pieles atópicas.
- antibacteriana por la similitud de su pH con el de la piel humana
- exfoliante por su contenido en alfa hidroxiácidos que ayudan a limpiar la piel de células muertas
- reparadora , entre otros, contiene selenio, mineral importante en la prevención de cáncer de piel y también protege de daños que pueden ocurrir por gran exposición al sol
- humectante profunda puesto que posee emolientes y triglicéridos naturales
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