jueves, 2 de junio de 2016

Pulir Jabón



En este vídeo lo que se ve es la comparación de dos métodos eficaces de trabajo en el siglo XIX, lo he puesto aquí porque casualmente trata sobre pulido de jabones.

¿Sabías que los jabones se pulen? Si alguien se ha fijado en las fotos de mis jabones de barra recién cortados, la verdad es que les falta "un algo o bastante" para acercarse a lo que se podría llamar una pastilla bien hecha, vamos que el jabón será fantástico pero la pinta la tienen a veces... y claro, lo que más vende es la primera impresión: estética y aroma.

Las razones por las que, aparte de mi poca maña como fotógrafa, no me importa mostrar los jabones tal cual son unas cuantas y, con diferencia, la más importante es que lo que aquí pongo es para demostrar nada más que existe una parte bastante grande en todo este cuaderno que trata sobre aprendizaje, mío y de quién quiera acompañarme. Cuando corto las barras el jabón está duro, pero no más de lo que puede estar una barra de mantequilla recién salida de una nevera a 8ºC, durante el período de curación va perdiendo agua, de ahí la dureza. Si esperamos a cortarlo entonces es muy posible que se rompa. Conste que hay métodos para hacer las barras "cortables", uno de ellos es añadir azúcar a la traza pero las consecuencias de hacerlo no las voy a contar aquí ahora porque me salgo del tema.

Yo corto el jabón y lo dejo curar, una vez está listo lo pulo para eliminar pequeñas imperfecciones como burbujas, marcas de cuchillo... Esto se puede hacer con una bayeta que no deje pelusa pero, para mí, el mejor método es con una media vieja impregnada en agua, vinagre (no deja olor una vez seco) o alcohol y con mucho cuidado, claro está. Existen pulidores de jabón y, la verdad es que en la parte inferior de mi cortador hay uno pero no me fío, prefiero hacerlo a mano.

En este tema vuelve a ganar la glicerina, las barras se cortan bien y las pastillas suelen salir perfectas.

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