La gelificación es el proceso en el que el jabón se pone duro, empieza siempre desde dentro hacia fuera. Al añadir, por ejemplo, azúcar o alcohol a la traza la gelificación se acelera porque estos hacen subir la temperatura de la masa y como resultado el jabón "endurece" mal. En la foto de arriba se ve un jabón de miel con "mala"gelificación, el gelificado de esta manera no estropea el jabón, simplemente es un detalle estético. La solución que yo he encontrado es enmoldar y meterlo en la nevera para bajar la temperatura. Las barras de abajo son las mías, todavía sin cortar puesto que al haber utilizado aceite de oliva virgen necesita endurecer unos días más para minimizar el que las pastillas se deformen. Una vez cortado veré si ha valido la pena el tiempo gastado en intentar hacer una receta propia. De todas formas, salga como salga, para la próxima añadiré cera de abeja para endurecerlo un poco más.
Aparte del aceite de oliva virgen y miel he añadido aceite de coco y mi oleato de lavanda (se me ha acabado el de romero) para el sobreengrasado.
Y aquí como ha quedado, recién cortado:
2 comentarios:
Pues yo lo veo bien chulo!
A mí me gustan las 2 opciones, la verdad. El problema está en que cuando lo presentas hay a gente a la que no le gusta con "las manchas".
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