martes, 18 de octubre de 2016

Champú de Aceite de Coco, extracto de Ciprés, Ortiga Mayor y Romero

Recuerdo hace muchísimo ya, en el desván de casa, que traté de arreglar el pelo a un par de muñecas a las que prácticamente había rapado todo el pelo, claro que mi intención primera y única era la de ponerlas guapísimas. Llevaba conmigo una ampolla de KERZO (tratamiento para la caída del cabello) y un tubo de champú color plata porque, aparte necesitar que les creciese el pelo también me hacía falta borrar las huellas de mechas hechas con rotulador cuyo resultado no me convencía para nada. Como no podía mezclar un tinte porque seguro que mi madre se enteraria, recurrí al famoso champú plata de Eugene... Ni les creció el pelo, lo poco que les quedaba más "cuero cabelludo" muñequil y casi toda la cara se les pusieron de un tono gris sucio y la bronca que me cayó fué fenomenal. Esto no paró mis ansias durante años de encontrar atajos en peluquería mezclando productos que, claro está, probaba en mis muñecas nada más... nunca funcionaron pero entretener me entretenían muchísimo, me encantaba y siguen encantándome los potingues pero ahora me dedico a tratar de hacerlos yo usando ingredientes naturales y, a poder ser, lo menos manipulados posible.

Nací en el 66 en una peluquería que aquí sigue y cuando era pequeña en mi pueblo no se sabía sobre el alisado japonés, las mechas californianas, el champú que no pica si se te mete en los ojos, acondicionadores, serums, espumas diversas ni tintes para pelo rosa chicle... aunque recuerdo a un par de personas que se "teñían" decolorando el pelo con agua oxigenada y cuando les crecía tenían un look muy similar al de la gente con las californianas. Se usaba agua de castañas para oscurecer el pelo, infusión de romero para la caída, cerveza para dar volumen, mascarillas de huevo para dar lustre o tratar pelo seco o graso según usases clara o yema y recuerdo la laca a granel hecha con resinas y alcohol y algo horrible en verano... el agua con azúcar como fijador de cardados! Había tintes, oxigenadas, permanente con su neutralizante (en casa aún tenemos una máquina de Henry Colomer para hacer permanente en caliente), las ampollas de plis para acondicionar y ayudar a fijar el peinado, champúes varios, crema y... pero esto ya lo sabeis muchos de los que me conoceis, quién no conocerá a Juaqui.



Otra vez he hecho el champú de siempre, ese que hacía para mí y que se ha expandido, sigue siendo champú, no jabón. 

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