Es un ingrediente natural que proporciona una poderosa acción limpiadora. Este es uno de sus mayores beneficios para la piel, pues absorbe toda la suciedad y residuos que se acumulan en los poros ofreciendo una limpieza profunda. Y lo más interesante es que cuida la estructura de la piel de forma natural y mantiene su pH gracias a las proteínas que contiene. Aprovecha estas propiedades adquiriendo un gel o jabón de avena y verás como tu piel te lo agradece. Además, gracias a los lípidos y substancias absorbentes de agua que la componen, la avena es excelente para evitar la deshidratación de la piel, pues la protege de las agresiones externas manteniendo su barrera protectora. La combinación de las dos propiedades anteriores consigue que sea una magnífica solución para eliminar células muertas e impurezas de la piel como espinillas, granos, barros y otras imperfecciones. Por ello, otro de los beneficios de la avena para la piel es que ayuda a disminuir y tratar los signos propios del acné, controlando también la producción de sebo y la formación de brillos tan sintomáticos de las pieles grasas.
Su acción calmante hace que también sea muy usada en caso de irritaciones en la piel y otras afecciones como eccemas, picazones, dermatitis, rosácea, urticarias o psoriasis. Ayuda a calmar y contrarrestar los daños ocasionados en la piel por estas condiciones.
Los baños de inmersión con avena son ideales para exfoliar, limpiar y nutrir la piel, sobre todo las más sensibles y resecas. Además son muy placenteros y relajantes. Para prepararlo, solo tienes que añadir en el agua de la bañera una taza de avena bien molida, aunque también puedes mezclarla previamente con un poco de leche para humectar la piel e hidratarla en profundidad.
Fuente: Uncomo
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